lunes, 28 de noviembre de 2016

AUTORREGULACIÓN


LA AUTORREGULACION






“Rascad la piel de un escéptico, y casi siempre hallaréis debajo
los nervios doloridos de un sentimental” (Daniel D´Arc)






­   La autorregulación se refiere a la capacidad de gestionar o de encauzar las emociones debidamente.
­   El verdadero desafío para la autorregulación surge ante las situaciones y emociones no deseadas, al igual que en los casos de aparición de estrés; habitualmente, acostumbramos rechazarlo o bloquearlo.

La AUTORREGULACIÓN
NO CONSISTE EN CONTENER O REPRIMIR LA EMOCIÓN,
SINO QUE IMPLICA PERCIBIR QUÉ SENTIMOS,
Y EXPRESARLO DEL MODO ADECUADO

­   Si recurrimos a “controlar” las emociones a base de contener, estamos bloqueando la expresión de éstas, y negando su permiso y derecho a aparecer. Si esta respuesta es habitual y repetida, con el tiempo esta expresión será desviada por medio de otra conducta o reacción.
­    Es cierto que en ocasiones será necesario saber “controlar” la expresión inadecuada de la emoción, pero para llegar a esa capacidad, primeramente se ha de trabajar esa habilidad, además de reconocer las tendencias y cualidades de un@ mism@.
­   De esta forma, la clave de la regulación está en sintonizar con nosotr@s mism@s. Así podremos comprendernos y anticiparnos a gestionar adecuadamente eso que sentimos y cómo vamos a comportarnos.
­   Gracias a la Autorregulación, cuando surjan las emociones que queremos rechazar, además de hacerles espacio, estaremos en disposición de decidir qué haremos con esa situación.
­   La Autorregulación implica:
1.         Darse cuenta y reconocer la emoción
2.         Permitirnos sentirnos de esa forma; es por algo; darnos permiso.
3.         Fijarnos en qué pensamos y cómo entendemos la situación.
4.         Decidir qué vamos a hacer, según haga falta en esa situación.

La TEORIA de la AUTORREGULACIÓN


­   El cuerpo humano, está “programado” para expresar, y buscar satisfacer sus necesidades.
­   En base a ello, se rige según 2 ritmos: de la tensión y la relajación. El de “relajación” surge cuando nuestras necesidades han sido satisfechas; la “tensión” indica que hay una señal que nos activa y nos pone en movimiento en busca de eso que necesitamos, y sigue estando activa hasta el momento de ser satisfecha -la necesidad-.
­    En ocasiones esa necesidad no es atendida en el momento en el que surge, y es desviada o queda oculta entre otros estímulos.

Lo ilustramos con un sencillo ejemplo: mi organismo necesita agua para funcionar, y si ésta escasea, emitirá una sensación a modo de sed, para hacerme saber que he de beber agua. Yo siento sed, y en mi organismo se activa, siente una energía o estado de tensión; me movilizo en busca algo qué beber, y lo selecciono, agua o algo refrescante
 para saciar esa sed. Una vez cubierta mi necesidad, mi organismo vuelve al estado de relajación, y vuelvo a estar disponible para otros asuntos.

El Ciclo de la Experiencia y la Autorregulación emocional: Visión esquemática.


4.ESPACIO a la SENSACION
 = AUMENTA la EMOCION à


3.TOMA de CONTACTO
à

2.SENSACIÓN
à
1.REPOSO
à


5.DECIDIMOS NECESIDAD = ACCION
ß

6.DESARROLLAMOS ACCIÓN
ß


7. NECESIDAD CUBIERTA
ß
¦8. REPOSO ¦


    Lo mismo sucede a nivel emocional; si necesito un contacto afectivo, me organizo para buscarlo, con un abrazo, una caricia positiva verbal, o por lo menos con una llamada telefónica de alguien a quien quiero. Sentiré un estado de tensión o activación que me hará moverme hacia la otra persona, para entrar en contacto con ella y satisfacer mi necesidad.

Las CORAZAS EMOCIONALES

Maite es una mujer que siempre ha sido considerada como “fuerte”, a pesar de todas las contrariedades a las que ha tenido que hacer frente. Hoy va al cine con 2 de sus amigas y su hermana. Es un drama en el que un momento de gran intensidad, Maite comienza a sentir deseos de llorar; se ajusta las botas a su pantalón para mirar de reojo si alguna de sus acompañantes muestra un mínimo indicio de llanto, pero no es así. Ella decide contenerse, y siente un picor en su nariz, cierto temblor en su barbilla, y presión en la garganta. Pero recuerda que se supone que “los adultos no lloran por cualquier tontería”, y menos aún cuando las demás no parecen inmutarse y ella “es tan fuerte”.

Lo que ha sucedido es que Maite no ha permitido a su cuerpo sentir lo que estaba sintiendo, aún sabiendo qué placentero le hubiera resultado llorar cuando lo necesitaba.

­   Cuando sucede algo así -seguro que tod@s lo hemos experimentado en alguna ocasión-, es seguro que nos quedaríamos mejor expresándolo libremente, pero por alguna razón, frenamos la emoción. ¿Qué sucede?.¿Qué hace que vayamos contra nuestra sensación y necesidades?
­   Llevamos una armadura a cuestas, como tortugas que llevan su caparazón. Esa coraza nos ayuda a protegernos de las heridas o amenazas psicológicas; por ello hemos de reconocerles su función positiva.
­   Las corazas son ajustes creativos que nos ayudan a poder responder mejor en situaciones significativamente importantes para nosotr@s; hay algo esencial en cuestión, y es saludable no querer exponernos “al desnudo” en cualquier contexto.
­   El problema surge cuando esa coraza es empleada permanentemente, y la vivencia de sentirse emocionalmente amenazad@s se generaliza a todos los contextos; entonces la persona se cierra sobre sí misma.

El “acorazado emocional” no deja que llegue el dolor de fuera, pero a su vez impide que salga lo interior. Al cerrarse la persona, impide que penetren el amor, la ternura, la alegría y todas aquellas cosas por las que vale la pena vivir. Al no recibir ni expresar emociones el sistema afectivo se colapsa y se produce la “desertización emocional”. Es una zona donde nada crece por que no se siembra, por que el terreno no está nutrido.


­   Y sucede también que las corazas emocionales crean a su vez otras corazas físicas; las experimentamos en nuestro cuerpo externamente, o a veces en nuestro organismo interno; son acumulaciones de energía que quedan sin canalizar.
­    Cuando sentimos una activación emocional, eso genera una energía extra necesaria para abordar la situación. Por su parte, si decidimos contener esa emoción, incluso no sólo no expresarla sino evitar sentirla, estamos destinando la energía activada a inhibir la vivencia emocional.
­   Eso debe de ser, además de agotador, sumamente contradictorio. Es algo similar a estar acelerando un coche y a la vez frenándolo; el vehículo quizá avance un poco, pero será con mucho esfuerzo y tensión, y cierta indecisión.
­   Para poder desarrollar la capacidad de Autorregulación, es importante implica  conveniente recordar lo que implica una actitud proactiva para el cambio:



® Tomarse un espacio para reflexionar y organizarse hacia los objetivos.
® Hacernos responsables de nuestra implicación para que los planes sigan en marcha.
® Conectar con nuestras creencias y valores personales y funcionando según éstas.
® Mostrar apertura hacia nuevas ideas y oportunidades que se presenten siempre que sean válidas para ayudarnos a avanzar.
® Comprometerse a valorar las situaciones desde el principio de realidad.

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